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miércoles, 30 de marzo de 2011

lA HIJA DEL REGIMIENTO SEGUNDA PARTE

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Y como lo prometido es deuda, he aquí , la segunda parte de la hija del regimiento, espero les guste.





ACTO II - Castillo de Berkenfield. Sala interior

La boda está concertada entre Marie y el duque de Crakentorp pero la marquesa sigue preocupada porque su "pariente" no ha mostrado ilusión, entusiasmo por el evento. Aparece la joven cabizbaja, consciente de su futuro. Empieza la clase de música donde la sobriedad de las primeras estrofas es turbada por fugaces y provocadoras menciones de Sulpice en referencia a un cierto parecido de la melodía con la canción del 21º Regimiento. La marquesa intenta en vano frenar el impulso de la joven y del oficial francés pero éstos son más persistentes, ante el horror de la noble. Marie se queda sola y "nos abre el corazón" recordando a sus compañeros del regimiento.








Tonio, ya oficial, aparece pudiendo asistir el oyente/espectador a un trío divertido (Tous les trois réunis... Los tres reunidos) donde Marie y Tonio intentan que Sulpice interceda por los dos. La marquesa irrumpe en la sala; Tonio trata de convencerla para acepte la boda de los dos jóvenes. El sentir de Tonio culmina con la petición a la marquesa para devolverle su único bien… La marquesa no cede, se muestra inflexible con el joven pero siente en su interior la necesidad de explicarle la historia a Sulpice, la verdadera: Marie es algo más que su "pariente"...es su hija.









Llegan los invitados a la boda. Cuando Marie, hundida y desmoralizada, comparece para la boda, el regimiento entra por la fuerza bajo el mando de Tonio. El regimiento narra a los invitados de la alta nobleza el pasado de Marie como cantinera desde que era pequeña. Ella confirma a los asistentes de forma orgullosa como los soldados la rescataron y "guiaron sus primeros pasos" mientras éstos comprenden todo lo acontecido. La marquesa no puede más y paraliza la boda observando que Marie y Tonio se adoran y que sería un sacrificio obligar a su hija a casarse con quien ella no quiere. Finalmente, la noble acepta la boda de Marie y Tonio.



En medio de la felicidad, la ópera finaliza con ese "Salut à la France" cantado por todos y que tanto impresiona.